Comprobado Dios Reina

Al repasar este 2013 en mi vida personal, no puedo dejar de asombrarme como Dios me ha permitido gozar de cosas tan maravillosas en medio de tan grandes retos y limitaciones. Suena paradójico pero es una gran verdad. Y este año, revisando las cosas importantes vividas, me quedo nuevamente con la alegría y el reconocimiento de los chicos de la Escuela de Carácter. Me quedo con sus miradas, sus temores, sus sonrisas amplias, sus interminables preguntas, sus esperanzas ciegas, sus ganas permanentes de tirar la toalla. Sus gritos, sus bailes, sus ritmos. Me quedo con los 40 que fueron semifinalistas y aprendieron a convivir y a competir, cosas importantes en la vida. Me quedo con los 6 elegidos que pudieron ir al Congreso de la República, no para observar como turistas sino para hablar en el pódium utilizado por los notables de ayer. Una dignidad que nadie les dio y que quedará marcada en el corazón de ellos como alguna vez lo hicieron conmigo aún muy joven y que la vida me permite devolver con gratitud dicha experiencia. Me quedo con ese minuto donde aprenden a comunicar por qué amar al país, gestando el orgullo hacia lo nuestro cuando el sentimiento nacional no va en ese sentido.

Pero el 2013 me deja más, como el compromiso de los tutores que fueron creyendo de a pocos en distintas partes de Lima, hasta que llegaron a experimentar la grandeza de dar, y degustar el agradecimiento y la confianza que van depositando en ellos, estos adolescentes ávidos de alguna dirección. Ahora que el camino es más confuso y que las respuestas son menos acertadas.

Me deja también el apoyo de iglesias, pastores y hermanos que van observando lo fructífero del programa, no para el futuro, sino en lo inmediato de trabajar y destinar recursos para esta tarea, donde van reestructurándose sentimientos con el país, la comunidad y sus familias. Cuando éstas últimas existen, porque lo más común es la disfuncionalidad, el violento conflicto familiar, o la incapacidad de los padres de guiar la vida de sus hijos.

Me deja entonces un aroma a triunfo, sobre todo porque los recursos escasos nunca hubiesen podido planificar lo logrado y porque los retos de salud que vivía mi familia más de una vez me arrinconaron para decir, hasta aquí no más, dimos lo mejor que pudimos y esta historia terminó.

Pero este 31, revisando lo logrado, puedo decirles que Dios Reina y todo ha sido por pura Gracia y provisión de EL.

Por lo que miro el 2014 con una expectativa aun mayor, sabiendo que lo que venga no depende ni de mis capacidades, ni de mis recursos y eso es algo maravilloso que te recomiendo experimentar.

Comprobado Dios Reina. Feliz 2014
Soli Deus Gloria
JORGE MARQUEZ CHAHU

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