CUIDADO CON LA LEVA
A propósito del Decreto Supremo
001-2013DE/EP que establece la
incorporación al servicio militar
acuartelado.
Cuidado
viene la “leva” era el grito que escuchábamos cuando se venía una patrulla de
militares por el barrio. Todos corríamos por el temor de ser capturados y
llevados a un cuasi reclusorio llamado “cuartel”. Juan nos contó de su terrible
experiencia de dos semanas dentro. Gritos, golpes y ritos de madrugada para los
cuales no se estaba preparado, hasta que su padre consiguió una “vara” que lo
dejó salir. Claro, con el pelo rapado que era la señal indubitable de su experiencia
militar.
La “leva”
no era un regalo sino un castigo o un reformatorio. Por lo menos mi madre
siempre la utilizó como amenaza a mi hermano si es que no cambiaba su conducta
rebelde.
En los
noventa se suspendió el Servicio Militar Obligatorio (SMO), con sus heridos a cuestas. Sin embargo hoy más de
diez años después, y conviviendo gran parte de mis horas con jóvenes
adolescentes, pienso en la importancia de un servicio militar que construya respeto
por lo nuestro, solidaridad y oportunidad para los que menos tienen. Lo cual va
mucho más allá de llenar el déficit de soldados en el ejército. Creo que
estamos frente a una gran oportunidad y un reto para crear un nuevo tipo de
servicio militar, que por supuesto involucre a todos los jóvenes del país.
Los
cambios que han habido sobretodo en nuestra educación pública, no han
contemplado la importancia de la educación cívica que junto a la falta de
oportunidades es un buen caldo de cultivo para conductas erráticas y
destructivas. El congresista Jaime Delgado nos dejó esta semana una declaración
esperanzadora “El servicio militar debe convertirse en escuela de liderazgoy formación de carácter para la juventud del país”.
¿Cómo cambiar entonces el concepto negativo que muchos
tienen hasta ahora del SMO? Primero, trabajando un poco más la decisión política
y el consenso ciudadano. Y si sentimos que es buena y necesaria una experiencia
de este tipo para nuestros jóvenes, que su ingreso se trabaje por etapas.
Por lo tanto proponemos una primera, inductiva y obligatoria
para todos los jóvenes. De corto tiempo, no más de tres meses. Esta etapa seria
crucial para demostrar los beneficios del servicio. Todos recibirían información
sobre las amenazas que tenemos, potencialidades como país y deberes como ciudadanos
y ello se complementaría con la formación militar que selle el orden y la
disciplina. “Servir al país es un honor”
y no un castigo y el Estado retribuye a quienes lo realizan.
Una segunda etapa sería voluntaria de máximo un año,
con una formación técnica productiva complementaria. Que tenga una remuneración
básica, premiando a los mejores para que puedan seguir al concluir, si lo
desean, una carrera militar exonerándoseles del costo de postulación e ingreso
u otra a través del Programa Beca 18.
Este es un momento para no acelerar sino pensar en
un mecanismo que la mayoría aplaudamos, si a pesar de ello algunos políticos se
ponen en contra, son justamente aquellos que han utilizado el poder para su
interés personal y cuya mezquindad los dejará en el olvido.
Por un Perú digno, justo y solidario
JORGE MARQUEZ CHAHU
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