Barro para Todos


Estamos en un momento donde el barro de la corrupción parece inundarlo todo, nadie parece salvarse, ni Palacio de Gobierno con el ingreso de los petromails a sus espacios más reservados y de confianza. Una carátula del Alcalde Castañeda en Perú 21, con un fondo de dólares trata de comprometerle en la danza de coimas y arreglos que son parte de la práctica administrativa del Estado en el Perú. Situación crítica, que puede seguirnos defraudando o hacernos simplemente cínicos. Pero justamente que todos caigan en el mismo barro o que todos parecieran compartirlo, es lo que más les interesa a aquellos que tienen del fraude, el engaño y la componenda sus mejores compañeros. Si todos son así, entonces los que verdaderamente lucran con lo público pueden pasarla “piola”, no serán reconocidos.
La noticia levantada, donde según lo informado hasta ahora, la Municipalidad de Lima no ha sido la afectada, y donde la Contraloría de la República y SUNAT, han intervenido, demuestra que la supuesta lucha contra la corrupción no tiene el interés de mejorar la practica administrativa, sino tan solo una motivación política que marca el inicio de una campaña por la presidencia del país. Mi fraternal amigo Carlos Calderón, Regidor de la bancada aprista decía claramente: “No esperen que el camino de la transición a Palacio sea un lecho de rosas”. Y el tema resulta claro porque aquí, si hay un afectado, es una empresa extranjera que ya cobro bastante del erario municipal.
Resulta que la operación nace de un laudo arbitral perdido por la Municipalidad y que obligaba ser cancelado. El beneficiario era Relima, esa empresa brasileña que viene manteniendo la limpieza pública desde la época de Alberto Andrade. Era el año 2006, cuando ya el experimentado Juan Blest, un eficiente profesional en materia financiera, quien construyó el viaducto financiero de los bonos, gracias a los cuales se generó la liquidez necesaria para la cantidad de obras viales que ha recibido Lima, negociaba la disminución del monto. En ese momento pagar era una obligación y negociar una responsabilidad. Relima no aceptaba y decidió vender sus cobros a una empresa denominada Comunicore. Una operación privada que la Municipalidad no tendría que conocer sus razones ni condiciones. La Municipalidad decidió pagar finalmente, pero un monto menor a lo determinado por el laudo. Se requería sanear la situación financiera a fin de posibilitar una solidez económica que luego redundo en la calificación triple A, para la emisión de bonos.
Por esta situación los Regidores apristas, humalistas y de Somos Perú, van a un medio de comunicación y tienen tribuna para decir mucho y no probar nada o tal vez pretender mucho y no hablar nada. La mayoría del Concejo estuvo de acuerdo en clarificar toda la situación señalada. Todos estamos de acuerdo en la fiscalización y no como sostiene Perú 21 “desestimamos investigar”, en todo caso se trata de eliminar el espectáculo mediático y realizar una seria investigación a la que se suma los requerimientos del Congreso de la República. La Comisión de Asuntos Legales tomará las riendas y cualquiera de los Regidores puede participar, estando todos atentos a los avances y pormenores.
Claro, hoy veo los diarios y los temas son otros, seguro porque el show debe continuar, con nuevos guiones de por medio, pero con la misma consigna: “Barro para todos”. Pero esa realidad la podemos cambiar, no con motivaciones políticas sino con una clara decisión de no permitir que se nos siga manipulando, de no permitir que los corruptos sigan en el poder, esos que agazapados con mucho dinero siguen moviendo hilos peligrosos que debemos entender.

Por un Perú Digno
Jorge Márquez Chahú

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