¿Qué hace que el Perú sea un país tan permisivo?
De El ComercioPor: Juan Paredes Castro El sorpresivo ablandamiento de las sanciones impuestas a los omisos a las revisiones técnicas, trasladando de hoy a diciembre el nuevo plazo, revela que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones y toda otra autoridad involucrada en el tema pueden hacer de la ley un monumento a la nada. Nadie más cercano al poder presidencial que el ministro Enrique Cornejo para convertir a su sector en la encarnación de un cambio drástico en las políticas del Gobierno en materia de transportes y comunicaciones. Cuando meses atrás sugerimos desde esta columna la necesidad de una reestructuración radical en Transportes y Comunicaciones, orientada principalmente a terminar con las redes de incompetencia y corrupción que permiten, entre otras cosas, que la sangre riegue las carreteras, el mismo señor Cornejo nos anunció que había "tomado ya medidas", que había cambiado a un viceministro y a un director general, y que, para su criterio de entonces, todo estaba en orden. No sabemos de qué grado es el orden que Cornejo ha heredado del pasado, porque lo primero que salta a la vista desde su propio despacho es la vigencia de la costumbre cíclica de ablandar, vía decreto, los plazos y sanciones que inicialmente se establecen con tan necesario rigor. Si a un omiso de las revisiones técnicas le dicen ahora, en buen romance y con toda cortesía, que no se preocupe, que puede volver a someter su vehículo a inspección en diciembre, vale decir dentro de nueve meses, y encima le recitan el verso legal que estaba esperando, de que no tendrá que sufrir ninguna sanción, estamos hablando de un omiso que siente que vive en el paradisíaco mundo de la impunidad total. Si así vienen las cartas de la legalidad y el respeto a los demás en este país con índices espantosos de muertes en las carreteras, no esperemos que un chofer infractor pasmado en alcohol vaya a ser detenido y despojado de su brevete; que un ómnibus que ha sobrepasado su récord de multas vaya a parar al depósito; que camiones en fila que desfilan por la Panamericana Norte y sur rieguen de piedra y arena la marcha a cien kilómetros por hora de decenas de automóviles y no les pase nada; que propietarios y conductores de vehículos ligeros y pesados no sepan quién pone orden en pistas y carreteras, si el MTC, la policía o la impunidad. Este es el país de las leyes relajadas, de las sanciones diferidas y de la permisividad a prueba de balas. ¿Es así que el presidente García quiere remontar el 2011 o es imponiendo un cambio de timón en el manejo de la incompetente administración pública que lo acompaña? |
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